Recuerda ese día… cuando recibiste tu primer teléfono.
Pensaste: “¡Ahora estaré conectado con todos!”
Pero luego…
Dejó de ser una herramienta y se convirtió en una prisión.
Cada notificación es una cadena.
Cada scroll, una distracción de lo que realmente importa.
Mírate ahora…
¿Vives tu vida o vives atrapado en una pantalla?
Salud justa en todos los sentidos. Comunidad y justicia